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ECONOMÍA: Esto es lo que ve el Banco Mundial para la economía de Colombia

Esto es lo que ve el Banco Mundial para la economía de Colombia

Entrevista con el economista jefe para América Latina y el Caribe, Martín Rama. Aunque se estima que habrá una contracción, el experto también dice que “hay tanta incertidumbre que es difícil saber. Entonces, el primer mensaje es que la previsión es muy indicativa, no literal” Banco Mundial, Colombia. De cara al inicio del confinamiento extendido en Colombia, a partir de este lunes, el Banco Mundial lanzó el domingo sus nuevas proyecciones de crecimiento económico para las naciones de América Latina y el Caribe, y estimó que en el caso de Colombia habrá una contracción (-2 %), para luego lograr una recuperación en el 2021 de 3,4 por ciento. La cifra colombiana en el 2020 es una de las menos desalentadoras, en un contexto en el cual el organismo internacional estima que la región en conjunto tendrá una desaceleración hasta llegar a -4,6 por ciento, sin contar a Venezuela. La pandemia le cobrará una factura mayor a Ecuador y México, dos de los vecinos comerciales de Colombia, que verán contraer sus economías en un 6 por ciento. Argentina tendrá una disminución en su actividad productiva hasta -5,2 por ciento, mientras que Brasil llegará a -5 por ciento en este año. La caída esperada por el Banco Mundial para Bolivia también será mayor que la de Colombia (-3,4 %), mientras que de Perú espera una contracción de 4,7 % y estima que en Chile, el resultado del año será de -3,3 %, Para el economista en jefe del Banco Mundial en América Latina, Martín Rama, “los gobiernos de América Latina y el Caribe enfrentan el enorme desafío de proteger vidas y al mismo tiempo limitar los impactos económicos. Esto requerirá políticas dirigidas y coherentes en una escala rara vez vista anteriormente”. Rama enfatizó en que las decisiones que se tomen hoy serán claves para la rapidez con la cual se reactiven las economías, por lo cual, enfatizó en que es probable que los distintos gobiernos deban respaldar a las instituciones del sector financiero y a las fuentes de empleo más importantes, las cuales tendrán que ser elegidas por los mandatarios en cada país de la región. “Los gobiernos de América Latina y el Caribe enfrentan el enorme desafío de proteger vidas y al mismo tiempo limitar los impactos económicos. Esto requerirá políticas dirigidas y coherentes”

“Debemos ayudar a las personas a enfrentar estos desafíos mayúsculos y asegurarnos que los mercados financieros y los empleadores puedan capotear esta tormenta”, dijo Humberto López, vicepresidente en funciones para la región de América Latina y el Caribe. “Esto significa limitar los daños y sentar las bases para la recuperación tan pronto como sea posible”, agregó.

En el informe presentado, el Banco Mundial destacó que América Latina y el Caribe ya venían en una desaceleración, producto de las tensiones sociales que se venían suscitando en varios países desde hace doce meses, lo que se sumó a la reducción, casi que en picada, de los precios del petróleo. Tanto así que, sin la crisis que agudizó el coronavirus, en el 2019, la expansión de la producción en la región también fue negativa (-0,1 %). “El contexto actual es un choque con el que nadie contaba. Es un incendio, en el que estamos tratando de salvar lo que podamos”. Martín Rama describió el contexto actual como “un choque con el que nadie contaba” y equiparó la situación con la de “un incendio, en el que estamos tratando de salvar lo que podamos”. Sobre las proyecciones realizadas, el experto enfatizó en que son indicativas, pues el nivel de incertidumbre es muy alto, pese a que ya hay países que llevan una delantera, de la cual pueden aprender las naciones de América Latina, al igual que lo hicieron cuando apareció el virus. En todo caso, señaló que, con lo sucedido hasta el momento, si el control de la pandemia continúa con medidas que reduzcan el contagio, en el 2021, el continente completo tendrá una recuperación, que lo llevará a retomar un crecimiento de 2,6 por ciento. Todo dependerá de que se tomen las medidas acertadas, por lo que, en el informe, el Banco Mundial señala que “muchos países de América Latina y el Caribe se enfrentan a esta crisis con un espacio fiscal acotado. El mayor nivel de informalidad hace que sea más difícil llegar a todos los hogares y proteger todas las fuentes de empleo”. El documento pone en la mira la existencia de muchos hogares que viven del día y carecen de recursos para enfrentar los aislamientos y cuarentenas necesarios para contener la propagación de la epidemia, lo cual demanda más recursos de las naciones. Afortunadamente, gran parte de los países de la región, entre ellos Colombia, había logrado impulsar el desarrollo, reduciendo la pobreza y la desigualdad, y aplicando estrategias con las cuales llevaron a aumentar la clase media y promover la prosperidad. Asimismo, el Banco Mundial destacó que las naciones con adecuados niveles de endeudamiento también tendrán mayor oportunidad de acceder ahora a recursos de la banca internacional. La previsión de crecimiento para Colombia en el 2020, en -2 %, está entre las de caída menos estrepitosa en la región, pero la recuperación en el 2021 no es tan expansiva en comparación con sus pares. ¿Perdemos el puesto como la cuarta con más crecimiento? Hay tanta incertidumbre que es difícil saber. Entonces, el primer mensaje es que la previsión es muy indicativa, no literal. En segundo lugar, y esto va para toda la región, esperamos una recuperación porque, dentro de un año quizás, se sepa mucho más sobre la epidemia, quizás ya haya una vacuna, si no la hay, tendremos mejores maneras de contenerla que ahora porque ya habremos aprendido. Los países avanzados han puesto estímulos gigantescos con un diseño que hace pensar que ellos van a volver a crecer, y para América Latina la demanda de países de Europa y Estados Unidos es clave. Por eso ponemos esas proyecciones optimistas. En general, Colombia ha sido de los países más sólidos en América Latina. No me fijaría en el escalafón como algo ya informativo. Insisto, es indicativo. En esta crisis se plantean muchas salidas, la mayoría de apoyo a empresas y personas. ¿Cuáles impedirían que la recuperación sea pronta? Lo que se está haciendo es bueno para la gente, pero hay que pensar que se hace con las empresas que proveen electricidad, con los fondos de pensiones. América Latina tiene décadas de esfuerzos muy sostenibles para llevar servicios a la gente, para tener sistemas jubilatorios que sean financieramente viables. Nos llevó décadas llegar a donde estamos. Es comprensible que se diga que en el corto plazo no se paga, pero la pregunta es: en qué momento y cómo les restituimos los recursos perdidos a las empresas de servicios, como reconstruimos los fondos de pensión si esto los vuelve no solventes. No quiero decir que no hay que hacerlo, sino que si se hace, hay que pensar qué viene junto con ello, porque de lo contrario, pensando en un crecimiento más a largo plazo, si llegamos con una infraestructura que no funciona o con un sistema para la vejez que no funciona, el problema puede ser peor. Colombia hizo bien entonces con congelar el aporte a pensión y de una vez anunciar que se cubrirá con 2 meses de trabajo al final de la vida laboral… Es excelente el ejemplo. Una solución en el camino correcto. Mantiene algo por lo que se trabajó mucho: tener sistemas jubilatorios viables. Es una manera de mantener la solvencia empujando el costo a otro momento, de una manera que parece justa. Es buena solución. Malo sería no pagar ahora y después vemos. “El tiempo de respuesta en América Latina entre el primer caso y la contención fue mucho más corto que en Europa. Tuvimos tiempo de ver, de aprender, de entender”. A los organismos internacionales les están pidiendo la posibilidad de perdonar la deuda a los países de menores ingresos. ¿Es posible? ¿Qué países podrían beneficiarse? Es una solución que está en consideración. Mucha gente la tiene en mente. De algún modo resuelve un problema, pero parcialmente, porque hace que los países paguen menos deuda mas no les da liquidez para enfrentar la situación actual, pero es una solución potencialmente importante. Mi impresión es que va a ser para los países más pobres, de los cuales, en América Latina y el Caribe, hay muy pocos. Claramente Colombia queda descartada… Me sorprendería mucho si un país próspero, con una solidez en la franja de países de ingreso medio, estuviera en la lista. Por ahora, la primera prioridad va a ser para los países más pobres. En Colombia, el Banco Central indicó recientemente que la deuda pública está llegando a la mitad del PIB, es ese nivel  una deuda sana como para pedir más prestado… Sí. Claramente, Colombia es uno de los países que tiene una buena posición fiscal. En una emergencia como esta, está bien posicionado con respecto a otros. Los estímulos fiscales que los países están poniendo en marcha están inversamente relacionados con el nivel de deuda. A niveles como el de Colombia hay espacio. Aislamiento inteligente, que vaya entrando gradualmente sectores de la economía que tienen menores riesgos, que requieren menos personal. América Latina ha tenido en este shock tan negativo ha contado con un elemento de suerte y es que llega al covid-19 después de Asia y Europa. Eso nos permitió reaccionar mucho más rápido. El tiempo de respuesta en América Latina entre el primer caso y la contención fue mucho más corto que en Europa. Tuvimos tiempo de ver, de aprender, de entender. Espero que pase lo mismo con la salida de la crisis. Hay países que ya están experimentando Corea, Japón, China que ya están experimentando cómo volver a la actividad económica. Pronto va a pasar en parte de Europa. Y nosotros podemos aprender de eso, al igual que aprendimos al entrar a la contención vamos a poder aprender al salir porque estamos con un desfase en el pico que es de uno o dos meses.
  Fuente: El Tiempo Imagen: Archivo El Tiempo Ver artículo original Volver a página de inicio]]>