Protestas por restricción a vehículos de carga en Chía
Durante la mañana de este miércoles se llevó a cabo un plantón en Chía protagonizado por el gremio de camioneros en protesta por la restricción que comenzó a regir el pasado 1 de agosto para el tránsito de vehículos de carga pesada por la avenida Pradilla, la principal de ese municipio de Cundinamarca. La medida incrementó el periodo de restricción pasando de 10 a 15 horas.
Sumado a la molestia por el aumento de horas, los manifestantes protestaron por la inclusión de nuevos corredores por los cuales también habría restricción, que son la avenida Chilacos y la carrera novena.
Debido a la queja que muchos ciudadanos expresaron ante las autoridades y por redes sociales, la Alcaldía entró en diálogo con este gremio automotor y se logró detener el plantón.
Cabe recordar que, aunque esta restricción comenzó a regir desde 2015, la avenida Pradilla es una vía fundamental para los conductores, pues les permite ahorrar trayecto cuando van camino hacia otros municipios de Cundinamarca, sin tener que atravesar la capital.
Por ahora, el gremio anunció que evaluará la situación y de ser necesario, indicaron, realizarían una movilización similar.
El corredor permite a los vehículos que vienen del norte (bien sea de Tunja o por la vía Zipaquirá-Cajicá) tomar hacia Cota y, de allí, al occidente de Cundinamarca, sin tener que atravesar la capital. Con la medida que actualmente opera, deben entrar a Bogotá, lo que alarga sus tiempos y costos de viaje.
Lo que aumentó su molestia fue que el pasado 1.° de agosto, la Alcaldía de Chía extendió el horario de restricción de 10 a 15 horas. La medida opera así: de 6 a. m. a 9 p. m., de lunes a viernes, y de 3 a 9 p. m., los domingos.
Además, la administración municipal le agregó dos nuevos corredores a la medida, “la avenida Chilacos –desde McDonald’s hasta la glorieta de Schapeli– y por la carrera 9.ª, desde los límites con Cajicá hasta la calle 17, es decir, hasta la intersección con el anillo vial”, señalaron.
Fuente: El Espectador
Imagen: Archivo El Espectador
Ver artículo original
Volver a página de inicio